Seguramente has visto un camafeo en alguna película, en tiendas de antigüedades, en el joyero de tu abuelita o en algún museo, y esto es porque desde hace muchos años esta pieza es considerada una obra de arte por el trabajo que requería hacerla, ya que sobre una piedra comúnmente ágata, ónice o sardónice (aunque también puede ser en concha, vidrio o coral) se tallaba en relieve una figura que tenía como diseño: retratos, paisajes y leyendas mitológicas. Estos relieves se pusieron en piezas decorativas de joyería como collares, broches, pulseras y anillos.
Los primeros camafeos se remontan a los petroglifos prehistóricos que eran pinturas rupestres que representaban figuras religiosas que se tallaban picando rocas.
Miles de años después, con el surgimiento del Imperio Romano, los artesanos de camafeos comenzaron a tallar retratos políticos para conmemorarlos. A partir de ahí, el tallado de camafeos progresó mucho durante los periodos del Renacimiento e Isabelino, alcanzando un alto nivel artísitico. En estos periodos, las mujeres de élite comenzaron a usarlos para mostrar su estatus cultural. De hecho, para la gente de alta sociedad, estos se tallaban sobre piedras preciosas y para la gente de clases sociales más bajas, se tallaban sobre vidrio.
La era más conocida para la colección y distribución de camafeos, fue en el siglo XIX, donde la Reina Victoria y el emperador Napoleón Bonaparte eran grandes admiradores de este arte y poseían un gran número de estos objetos. Las piezas talladas sobre conchas, que tenían diseños de escenas naturales y humanísticas, fueron populares durante el reinado de la Reina Victoria. Napoleón, fue el que incrementó la popularidad de estas piezas entre los victorianos y de hecho, él fundó una escuela en París para los jóvenes aprendices de tallado de camafeos.
Hoy en día, todavía se fabrican, pero muchos son a partir de materiales de plástico, resinas y vidrio, y no son tallados, sino que existen moldes donde se vierte el material y se crea la pieza, debido a esta razón no tienen mucho valor comercial. Recordemos que los verdaderos camafeos se tallan manualmente y para identificar uno real de uno falso, debemos observar que los falsos vistos con lupa tienen rayas y se resquebrajan facilmente, mientras que los reales, poseen marcas de tallado y son hechos sobre concha, ágata, ónice, coral, lava o sardónice.
Hay joyeros hoy en día como Liz Swig que ha modernizado los retratos de los camafeos tallados a mano, agregando su propio estilo artístico y brindándonos piezas únicas y originales.
Recuerda visitar nuestra Tienda Monte en Línea donde encontrarás una gran variedad de piezas.